martes, 30 de agosto de 2011

Yo os dicto, yo os someto a mí

¡Iros!
No me gustan vuestras rimas.

    ¡Huid!
 De las fáciles críticas que se filtran en las grietas de vuestros errores.

 Ocultaos de las estruendosas sustancias de las cosas, de las mentiras de la filosofía.


                   Pudríos... en vuestra propia poesía.

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