Somos dioses.
Siempre queremos más.
En nuestro pozo ahogamos a los desgraciados.
¿Dónde guardamos sus gritos?
Sentimos, la pasión de la violencia
con vulgaridad.
Siempre por encima de criaturas indefensas.
Lo negamos.
Actuamos, por una fe o por un odio
que no existen.
Deseamos, una vida invisible
que no tenemos.
Cuando los verdaderos invisibles son ellos.
Nos cegamos.
Aspiramos, a vivir lo más hermoso
conviertiéndolo en infernal.
En placer la crueldad, en prohibido lo mortal.
La vida en muerte.
(...)
Mas somos dioses,
y siempre querremos más.
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